Diversos son los beneficios que trae consigo el uso de Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) en la obra, entre los que destacan el acceso a información en línea desde cualquier lugar, agilizando los procesos, y la disminución de tiempos y costos. Sin embargo, es necesario potenciar su uso en la construcción, ya que, comparado con otros sectores de la industria, falta mucho camino por recorrer.
Durante los últimos años en Chile las nuevas tecnologías de la información y comunicación se han hecho presentes en todos los sectores productivos de la economía. Como señala Marcelo Román, Gerente General de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de la Información A.G. (ACTI), "si bien en el segmento de la construcción las TIC no han sido el gatillador del crecimiento del área, sí han sido un aliado importante en lo que dice relación con la agilidad y el intercambio de información"
Tecnologías al servicio de la construcción
En ese sentido, precisa Marcelo Román, tanto los smartphones como los notebooks, que tienen una fuerte penetración en el país, apoyan la gestión, entregando múltiples herramientas para el desarrollo de la programación y coordinación digital de proyectos.
Agrega que, por otra parte, el proceso de modelaje que antiguamente se realizaba en papel fue reemplazado por el trabajo en computador, siendo un ejemplo de ello la tecnología BIM, que permite hacerlo en 3D y 4D, es decir, ya no sólo a través del uso único de planimetría. Asimismo, afirma, actualmente se han incorporado a este sector herramientas de gestión y de evaluación de proyectos, así como aplicaciones para control de personal, trazabilidad de las obras y seguridad, las que resuelven ineficiencias y mejoran la programación del proyecto. Añade que la virtualización para el área ejecutiva y administrativa de los procesos tecnológicos y comunicacionales de los proyectos es otra tendencia relevante en el mundo de la construcción.
"De esa forma, podemos indicar que actualmente el sector está utilizando notebooks, smartphones, tablets y una serie de aplicaciones y software desarrollados especialmente para este sector económico", explica.
Por su parte, Cristian Montenegro Sarmiento, Encargado de Sistemas Construcciones y Montajes COM S.A., sostiene que "actualmente los equipos más utilizados en una obra son los notebooks con sus tarjetas BAM (Banda Ancha Móvil), seguidos por los smart-phone y, en último lugar, los tablets (ya que son equipos delicados y muy vulnerables en situaciones adversas de terreno o climáticas)".
Diversos beneficios
El Gerente General de ACTI indica que desde una óptica general, las TIC traen aparejados beneficios como libre intercambio de información, mayores niveles de movilidad, acceso a información en línea, y mayor agilidad y control en los procesos.
Complementando lo anterior, Cristian Montenegro comenta que "es muy importante contar con este tipo de tecnología en la construcción, ya que la gran mayoría de los sistemas ERP se mantiene en línea y es necesario tener algún tipo de conexión para mantener la información actualizada. Esto permite tener mayor acceso a la información, ahorrando tiempos muertos en traslado de valijas (información digital), entrega de informes y avance de proyectos en tiempo real".
En efecto, acota Marcelo Román, actualmente se han incorporado a este sector herramientas de gestión y de evaluación de proyectos, así como aplicaciones para control de personal, trazabilidad de las obras y seguridad, las que resuelven ineficiencias y mejoran la programación del proyecto; las que hacen necesario dispositivos que permitan acceder en línea a estos datos.
Penetración de las TICs en el sector
A nivel general, los mayores niveles de penetración de las TICs se dan en las empresas de mediano y gran tamaño. Marcelo Román explica que, lamentablemente en Chile las Pymes no son empresas que incorporen grandes volúmenes de nuevas tecnologías, lo que se traduce en menores niveles de competitividad y crecimiento. Este es un punto importante de analizar, ya que en Chile más del 80% del empleo lo generan las Pymes, y por tanto es de suma importancia que estas empresas tengan acceso a las nuevas tecnologías, con el objetivo de potenciarlas y profesionalizarlas.
El Encargado de Sistemas Construcciones y Montajes COM S.A., en tanto, señala que en el caso específico de la industria de la construcción, una gran cantidad de constructoras utilizan esta tecnología, ya que ayudan en forma importante al avance de una obra. "Por ejemplo, un ingeniero visitador que necesita estar en terreno y al mismo tiempo aprobar algún documento lo puede hacer ya sea con una tarjeta BAM conectada a su notebook o, si la plataforma lo permite, aprobar dicho documento a través de su smartphone y eso no implica un mayor costo, que puede fluctuar entre $ 25.000 y $ 30.000 mensuales", explica.
Añade que "en el caso de COMSA, por ejemplo, se caracteriza por tener proyectos en zonas geográficas complicadas donde no llega la conexión por cable, pero las distintas alternativas de los proveedores de ISP (Internet Saltelital y Banda Ancha Móvil) nos ha permitido responder a la demanda de nuestros clientes, permitiendo acceder a nuestro sistema sin mayores problemas. Hoy puedo decir que a diferencia de unos cinco años atrás, las constructoras deben ir de la mano con los avances tecnológicos, ya que lo importante no es sólo construir, sino estar en línea y conectado".
Concluye que "hoy en día se puede interactuar con distintos tipos de dispositivos móviles y se es un gran desafío para los desarrolladores de ERP y distintos sistemas. Esto es un valor agregado para ellos, ya que los hace ver como un producto atractivo para la construcción. En muchas constructoras es más productivo estar en terreno, y eso ha obligado al mercado de las telecomunicaciones a ser más dinámico en la entrega de soluciones para poder vender el producto"
Las TIC en el sector de la construcción
La llamada revolución digital ha transformado en gran medida el sector de la construcción y no hay duda de que lo seguirá haciendo en el futuro
El BIM continúa siendo el último grito en dibujo arquitectónico
Internet como medio indispensable y de gran utilidad para los profesionales del sector
Es ya más que sabido que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han hecho surgir nuevas formas de trabajo, de aprendizaje y de comunicación. Las telecomunicaciones, la informática e Internet han creado un nuevo paradigma y una nueva sociedad, la de la información. Nada ni nadie escapan a este paradigma y el mundo de la construcción no es ninguna excepción.
La llamada revolución digital ha transformado en gran medida el sector de la construcción y no hay duda de que lo seguirá haciendo en el futuro. Buena muestra de ello es el modelado de información de construcción (BIM, Building Information Modeling), también llamado modelado de información para la edificación. Gracias a las nuevas tecnologías se ha pasado del tradicional dibujo a mano de planos en dos dimensiones a la existencia de software que posibilita el desarrollo de todo el proceso arquitectónico en tres dimensiones (proyecto y manufactura). Quién sabe lo que los arquitectos podrán hacer en un futuro gracias a las nuevas tecnologías que se irán (o ya se están) creando y desarrollando….
Del CAD al BIM
A pesar de la rapidez y de los constantes cambios que imperan en la nueva sociedad de la información, el BIM continúa siendo el último grito en dibujo arquitectónico. Año tras año se va implantando como sistema hegemónico al mismo tiempo que este no para de evolucionar con la constante aparición de mejoras e innovaciones. Ahora ya nadie duda de que el BIM acabará sustituyendo al CAD (diseño asistido por ordenador que permite el dibujo de planos en dos dimensiones), como en su momento este último sustituyó al dibujo de planos a mano. De.Construmática ya lo anunciaba es su primer número: “poco a poco el CAD hace un pie al lado y entra el BIM (Building Information System). Esto se refiere a una nueva generación de programas que permite ir diseñando tridimensionalmente desde el inicio del proyecto e incorpora información en cada uno de los elementos, lo que permite ir cubicando y calculando costos al mismo tiempo que se va proyectando. Muchos dirán que simplemente se trata de dibujar en 3D en vez de 2D, pero en verdad tiene un gran cantidad de ventajas que van desde la reducción de tiempos de producción, costos, reducción de incertidumbre, etc. Además en muchos de estos programas se puede integrar la ingeniería, especialidades, etc.”
Las ventajas del BIM
Además de las anteriormente citadas, el BIM conlleva muchas otras ventajas como “facilitar la integración de los distintos programas que se usan en el sector”, explica Jordi Ber, director de Estrategia e Innovación del metaportal Construmática. Ber se refiere al hecho de que “los distintos profesionales que intervienen a lo largo de un proceso de construcción no trabajan con un mismo programa. Hasta ahora, este hecho dificultaba enormemente que la información se pasara de unos a otros y en muchas ocasiones obligaba a hacer de nuevo los dibujos o bien los cálculos. Esto representaba una gran pérdida de tiempo y de dinero”, afirma el experto. “Ahora, gracias al BIM, es posible pasar la información de un programa a otro lo que se traduce en una gran mejora debido a los menores costes económicos, el menor tiempo, y los menores problemas en obra que esto supone”.
Según Ber, otra de las ventajas, o más bien avances, que aporta el BIM es la posibilidad de hacer simulaciones. “Gracias a estas podemos conocer mejor el comportamiento del edificio, su consumo energético, que pasaría su sustituyéramos un material por otro, etc.” Como pueden ver las posibilidades de la simulación son muchas al igual que las ventajas que esta conlleva.
Internet
No se puede hablar de TIC sin mencionar Internet. La red de redes es crucial para el sector de la construcción. En la pasada edición de la feria Construmat de Barcelona, el metaportal Construmática organizó un encuentro de formación y networking titulado “La innovación está en la red”. En el evento, varios ponentes expertos en la materia hablaron sobre la construcción y la importancia de las TIC como instrumento clave en el desarrollo del sector. Uno de estos ponentes fue Jordi Ber quien habló sobre los beneficios de Internet para los profesionales del sector de la construcción.
Según el director de Estrategia e Innovación de Construmática, Internet tiene cuatro grandes patas: una como sistema de almacenamiento, otra como sistema de búsqueda, una tercera como sistema de comunicación y, finalmente, como software (lo que se conoce como la nube). Vayamos por partes y analicemos una por una las distintas posibilidades que representan estas cuatro patas para el sector de la construcción.
Como sistema de almacenamiento, la utilidad de Internet es clara. Cualquier persona, institución o organización es libre de colgar en la red toda aquella información o documentación que le plazca. Así es como al final Internet se ha acabado convirtiendo en un gran almacén en el que cualquier profesional del sector puede acudir en busca de información, ideas o conocimiento. Y aquí es donde entra en escena la segunda pata de Internet, la búsqueda, que se lleva a cabo principalmente mediante buscadores o navegadores como Google, Bing o Yahoo. En la red se pueden encontrar directorios, catálogos, bases de datos, webs como Wikipedia, y un largo etcétera.
La tercera pata, la comunicación, es una de las más importantes. Gracias a Internet ya apenas hay fronteras geográficas y la información puede circular de punta a punta del mundo en cuestión de segundos. ¿Cómo beneficia todo esto al sector? Principalmente, facilitando la comunicación y el intercambio de información entre los distintos profesionales que forman parte de un mismo proyecto. El correo electrónico, los chats o las videoconferencias son grandes herramientas al respeto. Por otro lado, Internet también facilita la comunicación entendida como la divulgación de información. Es decir, todo lo que son revistas digitales, newsletters, blogs, las mismas páginas webs de instituciones y organizaciones del sector, y un largo etcétera.
La última pata, aunque no la menos importante, es la de Internet como software, es decir, la existencia en la red de programas de cálculo, de mediciones y presupuestos, de gestión de proyectos…
Todas estas patas y utilidades de la red, han convertido Internet en un medio indispensable y de gran utilidad para los profesionales del sector de la construcción. Las posibilidades de la red de redes no paran de crecer al igual que nuestra dependencia sobre ella. ¿Quién no se ha preguntado nunca cómo podíamos vivir sin Internet?
El uso de las tecnologías de información y comunicación
El uso de las TIC facilita la coordinación en las organizaciones virtuales, si bien la literatura sobre este tópico ha considerado, en ocasiones, que las TIC no solamente posibilitan el desarrollo de estas estructuras, sino que además su uso es un requisito vital ineludible. En consecuencia, es posible encontrar dos corrientes de pensamiento: una que considera a las TIC como un instrumento que facilita el funcionamiento de la estructura virtual y otra que defiende el papel fundamental de las TIC en la construcción de dichas estructuras.
De este modo, algunos autores consideran la organización virtual como una red de cooperación -de carácter temporal, mayoritariamente-, incluso aunque la forma de cooperación sea tradicional y, por tanto, no exija el uso de TIC. Así, por ejemplo, en varios trabajos (e.g., Johnston y Lawrence, 1988; Byrne et al., 1993; Shields, 1994; Coyle y Schnarr, 1995; Noller, 1997) se atribuye el carácter virtual a ciertos negocios empresariales como la producción de películas o la construcción, al consistir en la unión de varias empresas durante cierto periodo de tiempo para el desarrollo de determinados proyectos, que se disuelve una vez realizada la tarea.
Sin embargo, otros autores tienden a asumir, al menos tácitamente, que, para aplicar a una organización el adjetivo de ‘virtual’, ésta debe basar su existencia en el uso de tecnologías de información (e.g., Lucas y Baroudi, 1994; Arnold et al., 1995 ; Skyrme, 1995; Gristock, 1997, 1998; Travica, 1997; Winand, 1997; Dembski, 1998; Venkatraman y Henderson, 1998), de manera que el uso de tecnologías de información se convierte en una característica constitutiva de la organización virtual. En efecto, Venkatraman y Henderson (1998:44) afirman que “La capacidad de una organización para conseguir que los procesos sean eficaces depende cada vez más de las mejoras en la funcionalidad de las tecnologías de información, como el groupware (Lotus Notes), la videoconferencia y las intranets que facilitan la coordinación del equipo y el intercambio de información y conocimiento. Los equipos desarrollan rutinas eficaces para compartir el conocimiento y la experiencia”, lo que ha llevado a alejarse de estructuras básicamente funcionales y adoptar un enfoque que gira en torno a los procesos.
En este sentido, Kraut et al. (1999) parten de unas premisas básicas reflejadas en la literatura sobre organización virtual, que suponen que (1) las redes electrónicas sustituyen las relaciones personales en la coordinación de las operaciones, (2) las redes electrónicas de datos son un requisito previo de la virtualización y la disponibilidad de estas redes puede conducir a las empresas a externalizar una mayor proporción de dichas operaciones y (3) el uso de estas redes generalmente tiene un efecto positivo en la coordinación de las actividades. Sin embargo, en contraposición a estas suposiciones, los resultados del trabajo de Kraut et al. (1999) muestran que el uso de redes electrónicas en las transacciones no está asociado a una mayor externalización de actividades, sino más bien a una mayor dependencia de la producción interna. Es más, el uso de las relaciones personales para la coordinación, que podrían considerarse como una alternativa a las redes electrónicas, está asociado positivamente a un mayor uso de estas redes. Además, sorprendentemente, el uso de las redes electrónicas resulta negativamente asociado a variables de resultado como la calidad y eficiencia del pedido y la satisfacción con los proveedores, mientras que una mayor confianza en los vínculos personales se relaciona con mejores resultados, mitigando las consecuencias negativas de la utilización de las redes electrónicas.
Van Aken et al. (1998), por su parte, conceden a las TIC una importancia variable según la interpretación del término organización virtual. De esta forma, para estos autores el uso de TIC es esencial en el desarrollo de productos virtuales (virtualidad funcional), así como en los procesos productivos virtuales (virtualidad operativa). Sin embargo, en relación con la virtualidad organizativa, Van Aken et al. (1998) afirman que las estructuras virtuales son más antiguas que las TIC, si bien, dado que en esta situación la distribución de propiedad de los recursos organizativos implica casi siempre la dispersión geográfica de dichos recursos, las TIC facilitan la coherencia de las operaciones. A su vez, Hedberg y Olve (1997:9) señalan que las tecnologías de información, si bien no crean la virtualidad, son “[...] una herramienta indispensable en la dirección de una organización imaginaria”, dado que permite a los miembros de la organización acceder a los recursos de información compartidos y, a su vez, favorece la generación de confianza (Kocian, 1997). Así, Internet, como una forma especial de TIC, contribuye a la productividad en el contexto de la coordinación y la participación del cliente (Loebbecke, 1997). Cada nuevo desarrollo en las comunicaciones ha potenciado la creación de una infraestructura compartida. De este modo, la tecnología de información se convierte en un elemento importante, y algunas veces vital, al facilitar el desarrollo de la organización virtual, por lo que se considera como una de las características de dichas organizaciones, aunque en ocasiones desempeña un papel secundario (Bultje y Van Wijk, 1998) y solamente es fundamental y necesaria en determinados tipos de organizaciones virtuales fuertemente sustentados en el uso de tecnología de información. En este sentido, la tecnología de información es requisito básico en las compañías-web, que son redes dinámicas y con naturaleza temporal cuya existencia no se entendería sin la utilización de tecnología de información.
Por otra parte, y al objeto de operar virtualmente con éxito, Skyrme (1998) considera esencial el desarrollo de una infraestructura que permita el flujo de conocimiento entre las personas, donde quiera que éstas estén localizadas, facilitando conexiones persona-persona, persona-ordenador y, en el caso de operaciones automatizadas, ordenador-ordenador. En el cuadro 1.12 se muestra las distintas tecnologías de transferencia de conocimiento.
De acuerdo con este mismo autor, la infraestructura virtual dispone de varios niveles (véase figura 1.9). En el nivel básico se encuentran las conexiones, que reflejan la necesidad de que las personas sean capaces de conectar con la infraestructura en cualquier momento y donde quiera que estén. El siguiente nivel se refiere a la provisión de comunicaciones básicas de diversos tipos: voz, datos, mensajes de texto, etc. El tercer nivel, las conversaciones, comienza a añadir significado a las comunicaciones, y puede que se precisen medios de comunicación más ricos como la videoconferencia. El nivel más alto de la infraestructura virtual es la colaboración, que se caracteriza por documentos compartidos, bases de conocimiento en desarrollo/evolución y construcción de relaciones en profundidad. El groupware es una tecnología fundamental en este nivel, aunque la colaboración tiene una dimensión más humana, siendo necesario el entendimiento mutuo, la reciprocidad y la confianza. A medida que se atraviesa cada nivel de una infraestructura virtual, los retos están más relacionados con las personas y la organización que con la tecnología.
No obstante, es preciso tener en cuenta el siguiente aspecto: cómo puede ser intercambiado el conocimiento tácito en estas estructuras virtuales si este conocimiento, que tiene una importancia crucial en la innovación, no puede transferirse mediante medios electrónicos (Gristock, 1997, 1998). En muchas discusiones respecto al uso de prácticas que posibilitan la virtualidad se asume que tales prácticas sustituyen a los medios reales (e.g., comunicación cara a cara). Sin embargo, el trabajo organizado virtualmente debe considerarse como un trabajo que explota de forma complementaria los medios de comunicación virtuales y reales (Gristock, 1997, 1998), de manera que, quizá, la cuestión fundamental es cómo obtener lo mejor de ambos. En palabras de Gristock (1998), “[...] la creación e intercambio de conocimiento con éxito -y, en realidad, la innovación- en las organizaciones virtuales requiere el uso tanto de tecnologías mediadoras como de la interacción cara a cara”.
Frecuentemente el uso de tecnologías de información desempeña un papel crucial en la determinación de los participantes en un proyecto, el mantenimiento de las relaciones entre los nodos de la red y el apoyo de la colaboración de los participantes por encima de la distancia geográfica y a través de diferentes husos horarios (Gebauer y Segev, 1998). Así, equipos de personas de distintas empresas trabajan juntos, simultáneamente más que secuencialmente, mediante redes informáticas en tiempo real (Franke, 1998). Los entornos virtuales creados mediante Internet, videoconferencia, etc. pueden ayudar a crear un sentimiento de ‘estar allí’ y de ‘pertenencia’, lo que facilita la aceptación de las ideas innovadoras que cruzan las barreras virtuales; si bien se logrará si estas nuevas tecnologías se utilizan en combinación con la comunicación personal y otros medios tradicionales que desarrollen una sensación de telepresencia, telepresencia temporal y telecomunidad entre los implicados en el proceso de intercambio (Gristock, 1998).
Las tecnologías de información permiten la integración de las empresas componentes de una red. Para ello se requiere que estos sistemas descansen sobre tres pilares fundamentales (Sieber, 1997): la automatización de los flujos de información y la eliminación de intermediarios (comunicación máquina-máquina: EDI), el intercambio de información desestructurada (comunicación persona-persona: groupware) y la unión de redes locales en redes de áreas mayores (comunicación persona-máquina tanto dentro como fuera del propio sitio de la empresa). Sin embargo, este autor considera que, para favorecer la evolución hacia la organización virtual, estos sistemas deben satisfacer nuevas condiciones: (1) la tecnología debe permitir ‘encerrar’ dentro de la red a empresas cuyos niveles de desarrollo tecnológico difieren considerablemente; (2) en las organizaciones virtuales, los socios cambian a medida que cambian los mercados, lo que significa que debe ser posible implantar tales cambios rápidamente sin sacrificar la seguridad, y (3) la funcionalidad del sistema debe ser lo más amplia posible para proporcionar las tres formas de comunicación anteriormente citadas.
La función de la gestión de información es responsable de los flujos de información en las empresas, que abarca tareas de diseño del sistema de información empresarial y de funcionamiento de la infraestructura tecnológica para lograr información y comunicación. Estos sistemas de información permiten la comunicación entre las unidades internas y externas, si bien la mera existencia de una adecuada infraestructura de tecnologías de información no es necesariamente suficiente. De este modo, es preciso además llevar a cabo una dirección por objetivos (Zimmermann, 1997), que se incluye como una de las tareas de la gestión de información. Desde el punto de vista de Zimmerman (1997), el término virtual implica la carencia de algunas características estructurales de una empresa. Esta virtualización de la empresa se incluye en el ámbito de los deberes de la gestión de información, dado que se consigue mediante el diseño del sistema de información. El sistema de información intraorganizativo (entre los socios) de la empresa virtual debe adaptarse continuamente a las condiciones existentes, lo que exige el establecimiento de una estructura de tecnología de información flexible y el desarrollo de sistemas de aplicación específicos para la organización virtual, que permitan la coordinación de los procesos de negocio intraorganizativos (entre socios), tales como sistemas de gestión de flujos de trabajo, sistemas de gestión de proyectos, manual organizativo electrónico o sistemas de contabilidad (Mertens y Faisst, 1995 ).
No obstante, Fernández (1994) precisa que, aunque la tecnología es una herramienta esencial para la construcción de esta organización, no puede resolver por sí misma el choque de culturas y la falta de cohesión entre los equipos procedentes de las diversas empresas, aspectos lógicos de una alianza de estas características. A su vez, Criado (2001) enfatiza la idea de que, pese a su importancia estratégica, el uso de las TIC no garantiza la virtualidad.